Amar, para ser amado.

Para nunca olvidar tu propia insignificancia.

Para nunca acostumbrarse a la violencia impronunciable

y a la vulgar disparidad de la vida que te rodea.

Para buscar la alegría en los más tristes lugares.

Para perseguir a la belleza hasta su guarida.

Para nunca simplificar lo que es complicado o complicar lo que es sencillo.

Para respetar la fuerza, nunca el poder.

Por encima de todo, para observar.

Para tratar de comprender.

Para no retirar la mirada.

nunca, nunca, olvidar …
Arundhati Roy