Lo que más nos espera, lo llevamos dentro.

Todo camino de ida es una ilusión. Solo es real el camino de regreso.

La profunda atención a la vida es el espantapájaros del sueño y de la muerte.

La tierra de las conciliaciones no precisa semillas.

Hoy somos el gran sitio donde es posible hallarlo todo.

La soledad acaba siempre por hacer trizas los espejos.

La espera más pura es aquella que se desvincula de su objeto.

Esperar es el arte de poblar el vacío sin llenarlo con fantasmas.

La soledad es la condición ineludible para que pueda darse el encuentro.

Aquello que se ama nos sostiene aunque también nos empuje hacia el abismo.
Roberto Juarroz