Una de mis películas favoritas es La Balada de Cable Hogue de Sam Peckinpah.
Trata de un buscavidas,inadaptado y bonachón
al que le toca transitar entre el final de una época y principios de otra.
Su concepto de sabiduría,consiste en saber distinguir  un rayo de sol de un excremento de lagarto.
Encuentra un pozo de agua en mitad del desierto y construye una estación para las diligencias.
Estas,van y vienen, y con ellas gente del pasado y noticias del nuevo mundo,
pero a él esto último no parece interesarle mucho.
Conoce a una prostituta de la que se enamora,
su negocio prospera y vive una etapa de felicidad.

Cable: Estás preciosa.
Hildy: Ya me has visto antes.
Cable: Hildy, a ti nadie te ha visto antes.

Otro de los personajes de la película es el sacerdote Joshua,
un oportunista lujurioso que vive sacando ventaja de toda situación que se le presenta,
interpretado por el peculiar actor David Warner.

Todo tiene su origen en una situación en la que el protagonista,
 es traicionado y abandonado en mitad del desierto y por la que jura venganza. 
Paradógicamente,termina haciendo socio en el negocio a uno de sus enemigos
al que también salva de la muerte arriesgando su propia vida.
 Cable Hogue le pone  nombre de venganza a la vida y este será el espejismo
que lo llevará hasta el pozo que hará posible que se cumplan todos sus deseos
que en realidad,son las de un hombre sencillo y bueno.
Gea